dimarts, 5 de novembre del 2019

TIEMPO DE ESPERA, ( aprender de niño a convivir con la ausencia)


La última imagen que guarda de su padre se mantiene como una foto enmarcada en su mente .Una imagen que no merece ser la visión final de nadie. Pero la vida no suele preguntar la opinión de como ocurren las cosas y ella ha asumido que tendrá que vivir con ese recuerdo siempre.
Todo empezó aquella vuelta a casa el Domingo del Puente de la Virgen del Pilar. Su madre siempre le ha explicado que papà fue perdiendo las fuerzas hasta quedar postrado en cama y de allí lo llevaron al Hospital. Y ese momento es otra foto guardada, esa mirada desde la silla del comedor con el que lo bajaron por la escalera ( porque recordarà esa silla ? ).Una mirada tranquilizadora de las que te dicen “ hasta luego “, “ vuelvo pronto “ , “ no pasa nada el papà lo soluciona “.
Aquel día su madre también bajó aquellas escaleras y ella y su hermano quedaron al cuidado de la Sra. Mercè una vecina que subió a casa y ella durmió en la cama de sus padres , lo recuerda, como otros recuerdos sin sentido aparente, por el cabezal pegado a la pared donde había libros y la radio. Y pasaron dias que se convirtieron en semanas, nadie decía nada y ella sin ser consciente,  ya iba aprendiendo a esperar y a observar. Observar las miradas de los mayores , sus caras cuando hablaban por teléfono, los silencios cuando ella estaba cerca.
Y sin previo aviso, una tarde al llegar del colegio,encontró la casa llena de gente en el comedor rodeando a su madre, Lejos de pensar en otra cosa lo primero que le vino a la mente es que papà ¡había vuelto ! El se lo había prometido así que empezó a buscarlo, però no lo veía por ningún lado, ni tan siquiera en la cama de donde se había ido, así que empezó a preguntar a cada paso: ¿dónde está papá ? La única respuesta que recibía era, una mirada, una caricia y una palabra que se fue repitiendo :¡ pobrecita.! Y así hasta que alguien  ( no logra recordar su cara ) le contestó: está en el cielo .No había visto nunca ese lugar pero sabía de él por las Hermanas del colegio. El cielo era un lugar donde iban los que se portaban bien y se convertían en ángeles. No le pareció muy descabellado porque para ella su padre era la mejor persona del mundo.
Los siguientes dias los recuerda de forma inconexa y con imágenes que nada tienen que  ver con la ausencia de su padre. Recuerda comer con sus cuatro primos, ir a dormir a casa  de los abuelos y finalmente volver a casa donde su padre ya no estaba  (si era un ángel tenia su explicación ).Además mamá le confirmó lo que le contaron en el colegio, que su padre ahora estaba en el cielo.
Aún ahora recuerda  que no sintió pena, lo que mandaba sobre ella era rabia. Rabia porque su padre no había cumplido su promesa y se sentía engañada, rabia contra ese Dios que se había quedado con su padre convirtiéndolo en ángel, rabia porque donde quería estar no era en casa con mamá sinó en el cielo con papá.
Desde aquel momento se volvió más desconfiada, se guardaba lo que pensaba para ella, y ya no perdió la costumbre de observar no sólo a las persones sino a sus miradas y sobre todo sus silencios.
Aprendió a disimular lo que de verdad sentía, sobre todo a mamá. Ella estaba muy triste , y aunque ella nunca la vió llorar sabia que su mente y su corazón se habian ido en gran parte con papá ¿Como le iba a decir que ella también quería irse al cielo ?
Fue entonces cuando cada noche antes de dormirse hablaba con su padre, le explicaba todo lo que para ella era lo importante del día, si estaba contenta, nerviosa o enfadada. Era entonces cuando le pedía que la dejase dormida para siempre y así seria mas fàcil ir con él. Pero al día siguiente al abrir los ojos algo fallaba, o su padre era sordo, o... no era un ángel, y si eso no era así  tal vez seguía vivo .Después de todo ella no lo había visto muerto así que ¿quién le decía que eso era verdad ?
Algo le decía que esos pensamientos no los compartiese con nadie,  y callaba esperando que algún día el timbre de casa sonase y volviera a oir el silbido de papá anunciando su llegada. Empezaba así el Tiempo de Espera, un tiempo que se alargó casi cinco años. Cinco años callando, esperando, encerrada en su mundo particular donde hablaba con papá como cuando los domingos la dejaban ir a la cama grande y leian cuentos o escuchaban canciones.
Una espera que terminó una noche que no olvidará jamás. Ya tenia la edad suficiente para, los viernes,  quedarse a ver la televisión un poco más tarde.Esa sèrie que veía con mamá le gustaba mucho, explicaba la vida de J.A. Ramón y Cajal, su infància , juventud, su matrimonio, sus logros científicos y en el último capítulo su muerte. No sabría explicar porqué ocurrió aquello, però cuando en la pantalla apareció el científico en el ataúd, ella no le vió a él, vió a papà, fué de golpe que entendió que él también estaba en un ataúd, que tenia sentido las idas al cementerio.Tomó conciencia de golpe de la muerte de su padre y las lágrimas empezaron a salir después de acumularse cinco años en su interior. Mamá la abrazó y no dijo nada, solo la iba acariciando hasta que se calmó lentamente.
Aquella noche no habló con papá, la pena se lo impidió. Con el paso de los dias retomó su costumbre, había entendido ya, que debía aprender a convivir con la ausencia sin olvidar nunca la presencia de quien ya no iba a volver pero que en cierto modo seguiría siempre con ella.
Ya como adulta y madre vivió con su hija la perdida de su abuelo ( su segundo padre ) y permitió que la pequeña viera al bisabuelo en su féretro, fuera al entierro y lo llorase.Para nada quería a otra niña viviendo una realidad inventada por no haber podido vivir la real
Esa niña tenia 6 años cuando su padre falleció.De eso hace hoy 43 años, y la ausencia aceptada convive con esa presencia que por ahora prefiere mantener...

A tú papa feia temps que et debia això.
Per sempre la llum que mai s´apaga...





2 comentaris:

  1. Un abrazo Cris, muy fuerte y de amigo. Gracias por compartir y abrir tu corazón. Es un relato de vida precioso que me ha hecho reflexionar sobre mi pasado, presente y futuro, además de sobre mi condicion de padre.
    Gracias Gracias y otra vez Gracias.

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