La Sra. A. se despertó aquella mañana y al abrir los ojos se
dió cuenta en seguida que no estaba en su cama, ni por supuesto en el
dormitorio de su casa. Lo que la había despertado no era su despertador que
cada mañana lanzaba las noticias de la mano de aquel locutor que a ella le
gustaba tanto, sino una voz que le hablaba como si ella tuviese problemas de
oído y que resultó ser de una chica vestida de blanco, que mientras le subía la
persiana, le daba los buenos días a la vez que explicaba a su compañera sus
andanzas de la noche pasada.
Al rato otra chica vestida de blanco, entró y le preguntó cómo
había pasado la noche y en la mesita le dejaba un vasito con pastillas, que
debía tomar con el desayuno (uff a quien le agrada comer cuando hace un momento
que me he despertado, piensa la Sra. A).
Tal vez si pensamos un poco, todos hemos vivido a una Sra. A,
¿y es qué en nuestra práctica diaria, nos preocupa y mucho que los pacientes
reciban una atención de calidad, pero nos hemos parado a pensar que ven ellos?
Y aquí empieza una llamada a través del espejo a todos
nuestros pacientes, porque detrás de lo que ven hay historias, circunstancias,
momentos, que hacen que no siempre lo que se ve sea lo que realmente es….
Que sí, que hablamos con un tono alto, pero no es con ánimo
de ofender, sino fruto de hablar con muchos pacientes de edad avanzada a los
que sí hay que hablarles en un tono elevado para que comprendan bien (oír poco no
significa no entender nada). ¡Avísennos y bajaremos el tono, les aseguramos que
nuestras cuerdas vocales desde el fondo de nuestras gargantas les lanzaran un
beso!
Tienen razón, nuestras historias personales, son eso,
personales, y seguro que podemos encontrar un lugar más adecuado que su
habitación para compartirlas. Pero piensen que, así como para ustedes el
hospital es aquel lugar extraño donde estarán unos días, para nosotros forma
parte junto a nuestra casa de nuestro “hábitat” natural y nuestros compañeros
nuestra “segunda familia “, con la que pasamos si llevásemos la cuenta, casi el mismo
tiempo que con nuestra familia fuera del hospital. Y si lo piensan, cuantas
veces han acabado riendo y participando en esas conversaciones, olvidando,
aunque sea por un rato la preocupación por estar ingresados.
Y reímos en el mostrador, sí y lo cierto es que parece que
quede poco adecuado en lugar donde el sentimiento que impera sule ser el malestar Pero para nada significa que no lo tengamos presente en todo momento.
Sólo que nuestros turnos son largos y en medio de tantas horas, compartes situaciones, historias, anécdotas de todo tipo y en algún momento el reir se vuelve inevitable r. El hecho que al llegar, ustedes nos vean reír no quiere decir ni mucho menos que sea una situación mantenida todo el día. Y si lo piensan que mejor que saber que quien atiende a su familiar es un equipo bien avenido con un buen ánimo.
Sólo que nuestros turnos son largos y en medio de tantas horas, compartes situaciones, historias, anécdotas de todo tipo y en algún momento el reir se vuelve inevitable r. El hecho que al llegar, ustedes nos vean reír no quiere decir ni mucho menos que sea una situación mantenida todo el día. Y si lo piensan que mejor que saber que quien atiende a su familiar es un equipo bien avenido con un buen ánimo.
Y por favor no piensen que no oímos los timbres, ni peor aún
que no hacemos caso de ellos, les entiendo, ustedes están pendientes de “su
llamada “ y esa luz roja que no deja de parpadear, porque una voz desde la
pared les ha dicho la temida frase “ ahora venimos “, y no les mentimos, Aunque
tal vez deberíamos ser más cuidadosos eligiendo el adverbio y cambiar el “ahora”
por el “en seguida que podamos”, en esa situación estamos en desventaja
respecto a ustedes , seguramente en ese momento estamos pendientes de las
llamadas de varios, y les puedo asegurar que por ahora cuando te dan el título
no te inoculan el don de la ubicuidad ( aunque les prometo que el que invente
la vacuna, con nosotras se hace de oro )
Que nos gusta mucho estar delante del ordenador porque nos
ven horas delante de él, eso se lo tendrían que preguntar a nuestros ojos
cuando acabamos el turno. Es verdad en la actualidad nuestros registros, la
información de su familiar, está informatizada, y el registro informatizado es una herramienta más
de nuestra práctica diaria, como el carro de curas, Pero además, no les voy a
engañar, si tenemos algún momento más tranquilo, muchos de nosotros
aprovechamos a buscar información, estudiar, porque nuestra profesión avanza no
sólo con la práctica sino con el estudio, la investigación, y eso les puedo
asegurar que con el tiempo repercute en la calidad de los cuidados que damos.
Y sí, están en lo cierto, no somos perfectas, somos reales y
tenemos días, con ánimos tan diferentes, que llenarían la paleta de un pintor, vaya
eso que se llama ser humano El ir vestidas de blanco no nos convierte en seres protegidos ante cualquier emoción ,ya sea buena o mala , Sufrimos ante el que sufre o ante el dolor , solo que no marchamos , nos quedamos y damos consuelo y ayudamos y cuidamos , Y nuestra intención les aseguro, es que ustedes no
noten ese “arco iris emocional “, pero que difícil es a veces poner una sonrisa
en la cara, cuando por dentro lo que el cuerpo te pide es un abrazo o estar
solo. Aunque muchas veces lo conseguimos porque al vestirnos de blanco nos
despojamos un poco, aunque sea por unas horas, de los problemas que están fuera
de las paredes del Hospital.
Y es que nuestro trabajo “engancha “, podemos salir un día
deseando que nos toque la lotería para no volver más, pero si nos preguntasen
que seríamos si no fuésemos enfermeras seguramente no tendríamos respuesta.
Porque, aunque ya sabemos que una imagen vale más que mil
palabras, no se quede solo con una foto .si hace un álbum verá que nos gusta
hablar con usted, escucharle, reír si está contento y apoyarle si el ánimo ha
decidido dejarlo por un momento. Y ayudarlo a perder poco a poco esa
dependencia que seguro que, en el fondo, le hace sentir mal,
Si mirase a través de nuestro pijama blanco no vería nada
extraordinario, ya que al igual que usted somos personas con sentimientos, que
nos cansamos al final de la jornada de trabajo y que deseamos llegar a casa.
Pero si mira un poquito más verá que somos un grupo de gente que disfruta con
lo que hace, que se siente realizada haciéndolo y que aún con días mejores que
otros intenta dar lo mejor para que usted reciba la mejor atención, se sienta
escuchado y sobretodo se siga sintiendo persona.
Y esto no es una justificación, sabemos que hay cosas y acciones que hemos de mejorar y en eso estamos, la Enfermería es una profesión para nada estática ( aunque a veces algunos cambios cuesten más que otros ) así que de todo lo visto, si descarta aquellas fotos en las que todos salimos mal, seguro que acaba elaborando un collage que nos defina en ese día a día en el que convivimos todos,
A veces tan solo hace falta atravesar el espejo ....
Y esto no es una justificación, sabemos que hay cosas y acciones que hemos de mejorar y en eso estamos, la Enfermería es una profesión para nada estática ( aunque a veces algunos cambios cuesten más que otros ) así que de todo lo visto, si descarta aquellas fotos en las que todos salimos mal, seguro que acaba elaborando un collage que nos defina en ese día a día en el que convivimos todos,
A veces tan solo hace falta atravesar el espejo ....
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