dimecres, 3 de gener del 2018

SALUDa, relacionate, y empieza a hablar de SALUD.


Un saludo puede ser un convencionalismo social, una palabra dicha sin más, algo que dices sin pensar incontables veces a lo largo del día o algo que abre la puerta al inicio de una relación.
Cuando alguien está ingresado y es saludado por su nombre por otra persona que previamente se ha presentado y le ha dicho como se llama, se sigue sintiendo la persona que entró por la puerta del Hospital y no un mero diagnòstico o el frio número de una habitación
Cuantas veces sin darnos cuenta, olvidamos que, en ese mundo de camillas, monitores, catéteres, sondas, drenajes, donde nos sentimos seguros y conocedores de cada rincón, quien, ajeno a él, entra por unos días, lo percibe como una fuente de dudas, temores, ansiedad y pérdida de identidad.
Cada mañana antes del desayuno aprovecho a saludar a cada uno de los pacientes a los que doy medicación. A los que conozco las pregunto si han notado algo diferente, si el dolor ha ido disminuyendo (en las plantas de cirugía el dolor mas que la quinta constante, bien pudiera ser la constante Reina).
A los que no conozco me presento y los saludo. No suelo preguntar ¿cómo está? Nunca una pregunta ha sido de respuesta tan difícil (ya lo decía el gran Carles Capdevila). Pero sí si han podido descansar, si la analgesia ha sido efectiva (sobre el terreno los calmantes).
Al entrar en la habitación de Xavi aún dormía con ese dormir tranquilo de los niños y que los adolescentes aún conservan cuando el sueño les atrapa.
Con la luz que permitía la puerta entornada, y un pequeño roce en el brazo ha abierto un poco los ojos y ha visto como le dejaba la medicación. He salido pensando en volver luego. Más tare ya despierto por el hambre y con el desayuno delante me ha dicho que no tenía dolor y le he recordado que se tomase las pastillas.
Tras la visita medica la cara de Xavi era otra, tras cerrar la puerta de su habitación para curarlo me ha dicho que le ocurría una cosa; estaba espantado. Por no verse los puntos tapados por aquellas “tiras “, y sobre todo por como retiraría el drenaje.
“es que no me han explicado nada y tengo miedo que eso duela “
Ahí me he dado cuenta de la importancia de no dar por sabido lo que los demás no sabemos si saben (que seguramente no sabrán)
Que si explicamos la técnica que vamos a realizar antes, disminuirá en mucho el grado de ansiedad del paciente.
Que de esta forma le hacemos partícipe de su proceso médico.
Que damos lugar al dialogo que puede originar mas preguntas y aclarar más dudas.
Que como Enfermeras somos el canal de información más cercano, y en muchas ocasiones lo que no se pregunta a ese Medico que pasa visita rápido y / o con un mensaje unidireccional, lo responderemos nosotras gracias a esa relación terapéutica establecida.

Una vez explicada la técnica, retirar el drenaje a Xavi fue cosa sencilla, la sonrisa volvió a su cara y las preocupaciones volvieron a ser de forma inmediata las de un adolescente, el día 11 viajaba a Ámsterdam con unos amigos, ¿podría ir?? Habiendo llegado ya su padre, decidí que la respuesta ya no era cosa mía.

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