La última imagen que guarda de su padre se mantiene como una foto
enmarcada en su mente .Una imagen que no merece ser la visión final de nadie. Pero la
vida no suele preguntar la opinión de como ocurren las cosas y ella ha asumido que tendrá que vivir con ese recuerdo siempre.
Todo empezó aquella vuelta a casa el Domingo del Puente de la Virgen del Pilar. Su madre siempre le ha explicado que papà fue perdiendo las fuerzas hasta quedar postrado en cama y de allí lo
llevaron al Hospital. Y ese momento es otra foto guardada, esa mirada desde la
silla del comedor con el que lo bajaron por la escalera ( porque recordarà esa
silla ? ).Una mirada tranquilizadora de las que te dicen “ hasta luego “, “ vuelvo pronto “ , “ no
pasa nada el papà lo soluciona “.
Aquel día su madre también bajó aquellas escaleras y ella y su hermano
quedaron al cuidado de la Sra. Mercè una vecina que subió a casa y ella durmió en la cama de sus padres , lo recuerda, como otros
recuerdos sin sentido aparente, por el cabezal pegado a la pared donde había
libros y la radio. Y pasaron dias que se convirtieron en semanas, nadie decía nada y ella sin ser consciente, ya iba aprendiendo a esperar y a observar. Observar las miradas de
los mayores , sus caras cuando hablaban por teléfono, los silencios cuando ella
estaba cerca.
Y sin previo aviso, una tarde al llegar del colegio,encontró la casa llena
de gente en el comedor rodeando a su madre, Lejos de pensar en otra cosa lo
primero que le vino a la mente es que papà ¡había vuelto ! El se lo había
prometido así que empezó a buscarlo, però no lo veía por ningún lado, ni tan
siquiera en la cama de donde se había ido, así que empezó a preguntar a cada
paso: ¿dónde está papá ? La única respuesta que recibía era, una mirada, una caricia y una palabra que se
fue repitiendo :¡ pobrecita.! Y así hasta que alguien ( no logra recordar su cara ) le contestó: está
en el cielo .No había visto nunca ese lugar pero sabía de él por las Hermanas
del colegio. El cielo era un lugar donde iban los que se
portaban bien y se convertían en ángeles. No le pareció muy descabellado porque para
ella su padre era la mejor persona del mundo.
Los siguientes dias los recuerda de forma inconexa y con imágenes que nada
tienen que ver con la ausencia de su
padre. Recuerda comer con sus cuatro primos, ir a dormir a casa de los abuelos y finalmente volver a casa donde
su padre ya no estaba (si era un ángel
tenia su explicación ).Además mamá le confirmó lo que le contaron en el colegio,
que su padre ahora estaba en el cielo.
Aún ahora recuerda que no sintió
pena, lo que mandaba sobre ella era rabia. Rabia porque su padre no había
cumplido su promesa y se sentía engañada, rabia contra ese Dios que se había
quedado con su padre convirtiéndolo en ángel, rabia porque donde quería estar
no era en casa con mamá sinó en el cielo con papá.
Desde aquel momento se volvió más desconfiada, se guardaba lo que pensaba para
ella, y ya no perdió la costumbre de observar no sólo a las persones sino a sus
miradas y sobre todo sus silencios.
Aprendió a disimular lo que de verdad sentía, sobre todo a mamá. Ella estaba
muy triste , y aunque ella nunca la vió llorar sabia que su mente y su corazón
se habian ido en gran parte con papá ¿Como le iba a decir que ella también
quería irse al cielo ?
Fue entonces cuando cada noche antes de dormirse hablaba con su padre, le explicaba
todo lo que para ella era lo importante del día, si estaba contenta, nerviosa
o enfadada. Era entonces cuando le pedía que la dejase dormida para siempre y
así seria mas fàcil ir con él. Pero al día siguiente al abrir los ojos algo fallaba,
o su padre era sordo, o... no era un ángel, y si eso no era así tal vez seguía vivo .Después de todo ella no lo
había visto muerto así que ¿quién le decía que eso era verdad ?
Algo le decía que esos pensamientos no los compartiese con nadie, y callaba esperando que algún día el timbre de
casa sonase y volviera a oir el silbido de papá anunciando su llegada. Empezaba
así el Tiempo de Espera, un tiempo que se alargó casi cinco años. Cinco años
callando, esperando, encerrada en su mundo particular donde hablaba con papá
como cuando los domingos la dejaban ir a la cama grande y leian cuentos o escuchaban
canciones.
Una espera que terminó una noche que no olvidará jamás. Ya tenia la edad
suficiente para, los viernes, quedarse a
ver la televisión un poco más tarde.Esa sèrie que veía con mamá le gustaba
mucho, explicaba la vida de J.A. Ramón y Cajal, su infància , juventud, su
matrimonio, sus logros científicos y en el último capítulo su muerte. No sabría
explicar porqué ocurrió aquello, però cuando en la pantalla apareció el
científico en el ataúd, ella no le vió a él, vió a papà, fué de golpe que
entendió que él también estaba en un ataúd, que tenia sentido las idas al cementerio.Tomó
conciencia de golpe de la muerte de su padre y las lágrimas empezaron a salir
después de acumularse cinco años en su interior. Mamá la abrazó y no dijo nada,
solo la iba acariciando hasta que se calmó lentamente.
Aquella noche no habló con papá, la pena se lo impidió. Con el paso de los
dias retomó su costumbre, había entendido ya, que debía aprender a convivir con
la ausencia sin olvidar nunca la presencia de quien ya no iba a volver pero que
en cierto modo seguiría siempre con ella.
Ya como adulta y madre vivió con su hija la perdida de su abuelo ( su
segundo padre ) y permitió que la pequeña viera al bisabuelo en su féretro,
fuera al entierro y lo llorase.Para nada quería a otra niña viviendo una
realidad inventada por no haber podido vivir la real
Esa niña tenia 6 años cuando su padre falleció.De eso hace hoy 43 años, y la ausencia aceptada convive con esa presencia que por ahora prefiere mantener...
A tú papa feia temps que et debia això.
Per sempre la llum que mai s´apaga...