diumenge, 15 d’abril del 2018

La playlist de los pasillos


Entras cada día por la puerta del Hospital rápido, directa a fichar y de ahí al vestuario de donde ya sales vestida y preparada para subir a tu unidad, donde no llegas sólo tú sino todo el turno y la banda sonora de la mañana se une por unos instantes con la de la noche ya a media voz.
Y empieza la playlist de la mañana, carros de medicación, de ropa, de limpieza, las camillas con el cascabeleo de sus barandas, esos avisos para ahorrarle a los pies unos pasos... y sí la oyes, pero no la escuchas porque formas parte de ella. Y tu intención no es alterar el descanso de quienes cuidas, pero no eres consciente de esa música de fondo, de tan interiorizada como esta en tu dinámica diaria.
Hasta que llega un día en el que entras a un hospital , pero no fichas , ni vas a un vestuario, vas directa a un box de urgencias y allí a planta en la habitación, donde se ha decidido el ingreso, te espera la que va a ser tu compañera durante muchos días, la silla al lado de la cama, esa silla de la que tanto hablamos a veces por que la ocupa la familia o el cuidador .Y es en ese preciso momento en el que de golpe pasas de oír a escuchar esa playlist de los pasillos , esa música que al llegar la noche se adueña de rincones, esquinas, escaleras, 
Como cambia todo desde ese otro ángulo, desde ese otro lado del espejo, de actores a espectadores. Espectadores con tiempo, mucho tiempo, porque en esa silla al lado de la cama el reloj parece que gire a la velocidad de un suero de litro a veinticuatro horas.
Y con un sólo escenario que mirar, esa cama donde está un paciente a quien no hace falta que nos presentemos porque nos conocemos de toda la vida, de quien a primer golpe de vista sabemos interpretar una mirada, un tono de voz y un silencio.
Pasan las horas y has de hacer un ejercicio constante para que tu radar enfermero, influenciado por la angustia y la intranquilidad de ver sufrir a quien quieres, esté apagado. Al final lo consigues dominar haciendo lo que como Enfermera también sabes que es una de tus funciones, estar, acompañar, consolar, ayudar, CUIDAR, un verbo ancestral que no entiende de profesiones y si de humanidad y personas.
Llega entonces el momento de calmar y aparece como una actuación sorpresa la Playlist del pasillo, carros que chocan con las paredes, barandas que se dejan bajar de golpe, camillas que entran, conversaciones alrededor de ellas  como quien está alrededor de una mesa, luces de pasillos en los que siempre es de día, por lo que al abrir la puerta de la habitación sale el sol .Y aunque el primer pensamiento no es ni mucho menos de solidaridad para con tus compañeras que si van vestidas de blanco , al momento te reconoces en muchas de esas acciones como propias  y entiendes la gran diferencia de volumen que existe entre oír y escuchar.
Evidentemente el Hospital aún hecho de ladrillos, tiene vida y la vive de forma intensa, sus pasillos a según qué hora del día asemejan a vías públicas con el tráfico intenso.
Pero podemos crear pequeños espacios con ruido mitigado.
Desde una habitación se oye todo, y se nos oye, y mucho sea lo que digamos, bueno, malo, divertido o comprometido ese tono alto cuando es el único que flota en el ambiente, es para quien intenta conciliar el sueño o tiene un episodio de cefalea o fiebre alta un martilleo a cada silaba
Recuerdas entonces el manido tópico de la diferencia de vivir las cosas desde el otro lado y asientes mentalmente pensando que como todos los tópicos tienen su base la verdad.
¿De verdad hablamos tan alto?, ¿no hemos planteado el experimentar el fogonazo de luz que significa para los ojos abrir la luz en una habitación a oscuras?, ¿Observamos si el paciente de la cama de al lado descansa cuando estamos haciendo la otra cama?
Son preguntas que por las circunstancias vividas he tenido tiempo para respondérmelas, reflexionarlas, y tener la certeza que en muchísimas ocasiones olvidamos de poner el sonido en modo “vibración “.
Para encontrar las respuestas han surgido iniciativas como SueñOn® que desde 2016, surge como iniciativa de un grupo de Enfermeras y cuyo objetivo es promover el descanso de las personas hospitalizadas. (1)
¿Tenemos consciencia de la banda sonora que componemos entre todos? ¿Y especialmente sabemos si a nuestro “publico “le gusta la partitura o preferiría encontrarse en intermedio del concierto?





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